Pérdida Auditiva

Encuentra información sobre la salud auditiva y la pérdida auditiva, cómo evitarla si aún es posible, y poder determinar si tú o un ser querido ya están mostrando síntomas sin darse cuenta. Si ya has perdido algo de audición, ofrecemos soluciones auditivas confiables que pueden ayudarte a restaurar los hermosos sonidos de la vida. Recorre ahora el camino hacia la salud auditiva.

¿Cómo oímos?

¿Cómo oímos el sonido? Aquí hay una descripción breve sobre cómo funcionan nuestros oídos:

Oído Externo

Conocido como pabellón auditivo o aurícula, esta porción visible del oído recoge los sonidos del entorno y los envía al canal auditivo.

Oído Medio

La vibración de la membrana timpánica (tímpano) transmite el sonido hacia el oído interno a través de tres pequeños huesos (martillo, yunque y estribo) que llevan el sonido hacia el oído interno.

Oído Interno

Compuesto de dos partes principales: la cóclea, un sistema de células ciliadas complejas (células sensoriales) y el sistema vestibular que envía el sonido al cerebro para su procesamiento final.

Tipos de pérdida auditiva

Pérdida auditiva inducida por ruido

Este tipo de pérdida auditiva puede afectar a cualquier persona a cualquier edad. La pérdida auditiva inducida por ruido es causada por la exposición a sonidos fuertes que dañan o destruyen las células ciliadas en el oído interno. La pérdida auditiva inducida por ruido puede ser el resultado de una sola exposición a un sonido de impulso extremadamente fuerte (por ejemplo, un disparo de escopeta cerca de tus oídos desprotegidos) o una exposición regular prolongada a sonidos que exceden los 85 decibeles (dB). Algunos ejemplos de cómo puede ocurrir la pérdida auditiva inducida por ruido a lo largo del tiempo, incluyen escuchar música al máximo volumen a través de auriculares o trabajar con maquinaria de construcción sin usar protección auditiva.

Pérdida auditiva súbita

La pérdida auditiva generalmente se produce gradualmente debido a la edad (presbiacusia) o a la pérdida auditiva inducida por ruido. Sin embargo, ciertas afecciones pueden causar pérdida auditiva súbita, incluida la exposición a un sonido extremadamente fuerte que causa daño inmediato, ciertas enfermedades, tumores, lesiones en la cabeza o el uso de medicamentos ototóxicos (“envenenamiento del oído”). En la mayoría de los casos, la audición regresará con el tiempo, ya sea por sí sola o mediante intervención médica, pero para algunos la pérdida auditiva puede ser permanente.

Pérdida auditiva neurosensorial

Este tipo de pérdida auditiva implica el deterioro del oído interno. Los diminutos pelos que alinean el pasaje del oído y que transportan el sonido han sido dañados. Este tipo de pérdida auditiva es causada con mayor frecuencia por la exposición prolongada a altos niveles de volumen, infecciones bacterianas y virales, acumulación de líquido, trauma repentino en el oído y el proceso normal de envejecimiento. La pérdida auditiva neurosensorial no se puede tratar con medicamentos o cirugía: los audífonos son la única forma de tratar esta afección permanente.

Pérdida auditiva conductiva

Este tipo de pérdida auditiva ocurre cuando el oído interno no recibe señales de sonido de forma adecuada. Puede ser causada por una lesión en el oído medio o el canal auditivo, la acumulación de líquido detrás del tímpano o el exceso de cerumen. La pérdida auditiva conductiva generalmente se puede tratar médicamente. Si la cirugía o los medicamentos no son una opción para tí, los audífonos pueden ser una excelente solución para tu problema de audición.

Signos de Pérdida Auditiva

Los signos de pérdida auditiva pueden tardar años en desarrollarse o pueden aparecer muy repentinamente. De cualquier manera, pueden hacer que la vida cotidiana sea más difícil. Si respondes sí a cualquiera de las preguntas a continuación, podrías presentar síntomas de pérdida auditiva.

Contacta a un profesional de la salud auditiva en tu área para obtener más información.

Si tú:

  • ¿Solicitas que te repitan las palabras frecuentemente?
  • ¿Tienes dificultades para seguir conversaciones que involucran más de dos personas?
  • ¿Piensas que otros tienen la voz apagada o que están murmurando?
  • ¿Tienes dificultades para oír en situaciones ruidosas, como conferencias, restaurantes, centros comerciales o salas de reuniones?
  • ¿Tienes dificultades para oír niños y/o mujeres?
  • ¿Tienes el televisor o la radio a un volumen alto?
  • ¿Preguntas o respondes de forma inapropiada en conversaciones?
  • ¿Tienes un zumbido en los oídos?
  • ¿Lees los labios o miras atentamente las caras de las personas cuando hablan?
  • ¿Te sientes estresado por tener que oír lo que otros te están diciendo?
  • ¿Te sientes enojado con otras personas porque no pueden oírte o entenderte?
  • ¿Te retiras de las situaciones sociales que alguna vez disfrutaste debido a la dificultad para oír?
  • ¿Tienes un historial familiar de pérdida auditiva?
  • ¿Tomas medicaciones que pueden dañar la audición?
  • ¿Tienes problemas de diabetes, cardíacos, circulación o tiroides?
  • ¿Recuerdas la exposición a sonidos muy fuertes durante un período prolongado o una sola exposición a un ruido explosivo?
 

¿Cómo funcionan los audífonos?

Un audífono consta básicamente de uno o dos micrófonos, un amplificador y un auricular, también llamado receptor.

El micrófono capta las ondas sonoras entrantes y las transforma en señales eléctricas. Estas señales se procesan individualmente en función de la pérdida auditiva y los parámetros de adaptación proporcionados por el profesional de la audición.

Los complejos algoritmos de los audífonos reducen los duros efectos de los sonidos fuertes y también reducen el ruido de fondo que dificulta la percepción del habla. También son capaces de realzar los finos matices de la música. Todos los sonidos procesados se vuelven a convertir en señales eléctricas para ofrecer un sonido realista a través del canal auditivo.

La energía necesaria que necesitan los componentes del audífono se proporciona mediante baterías o soluciones recargables.

Los audífonos modernos también cuentan con sistemas inalámbricos para sincronizar y optimizar el procesamiento de un instrumento izquierdo y derecho y para establecer una conexión directa y confiable a dispositivos externos como televisores y teléfonos inteligentes.
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